Para nuestros castos ojos europeos resulta chocante lo frecuentes que son estos casos de arbitrareidad judicial, y es que lo contemplamos desde un punto de vista equivocado:


Claro, nos da por preguntarnos si los jueces y jurados estadounidenses son gilipollas o qué. Pues probablemente lo sean, aunque realmente todas estas irregularidades responden a una ley no escrita, pero constantemente aplicada:


¿Qué? ¿A que no era tan difícil de entender?
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