Me encanta la rotundidad de esta frase. Ya sé que difícilmente alguien la habrá pronunciado jamás en la vida real y que solo la conocemos del doblaje de películas americanas (al igual que otras famosas frases que suenan cojonudas y que luego no hay Dios que las coloque en la vida real: "Yo no la conozco de nada, señora", "Ven aquí, jovencito", "Te quiero", etc.).
¡Me moriría de gusto si alguna vez pudiera soltarles este exabrupto a tres o cuatro que conozco y que se lo tienen bien merecido!
Madre mía, estoy lleno de odio.
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